'El Escondite': trece años de cocina con identidad en el corazón de Valsequillo

En el número 9 de la avenida Juan Carlos I, en pleno centro de Valsequillo, se esconde uno de los restaurantes más emblemáticos del municipio. El Escondite, lejos de hacer honor a su nombre, se ha convertido en un referente gastronómico de la zona, con una cocina original que apuesta por ingredientes de calidad y una carta que sorprende a quienes lo visitan por primera vez.

Su propietaria y chef, Lucía Suárez Quintana, sabe bien cómo conquistar el paladar de sus clientes. "Si alguien entra por primera vez a nuestro local, le recomendaría los crujientes de langostino con queso y cebolla caramelizada o de morcilla Burgos con queso ahumado, porque son una auténtica golosina. Poquitas mesas vienen y no los piden", asegura. Además, entre sus platos estrella destacan el carpaccio de pato con vinagreta de frambuesa y fuá rallado, el escaldón de gofio con bacalao y langostinos, y las originales lentejas negras con fumé de langostinos y alioli, que, según relata Suárez a La Provincia-DLP en un reportaje de J.A. Neketan, "se trabajan como si fueran un arroz".

Un sueño construido con esfuerzo y dedicación

La historia de El Escondite comenzó en 2012, cuando Lucía y su cuñado, José Carreño, decidieron emprender juntos en la restauración. A pesar de que la crisis económica de 2008 aún se sentía, se lanzaron al proyecto en un local cedido por su tía Teodora, conocida como ‘Hermana’ en el pueblo. "Él venía del sector de la construcción y yo del ámbito del deporte, pero decidimos seguir adelante con la idea", recuerda la chef. Al principio, su carta incluía huevos rotos, carajacas, fideuá, fabada, croquetas de espinacas o queso y tostas, platos que aún hoy siguen en su oferta.

Con los años, Lucía Suárez se quedó al frente del negocio y fue ampliando la propuesta gastronómica del restaurante, combinando sabores tradicionales con un toque innovador. Hoy en día, el menú incluye ensaladas templadas, risottos, codillo, bacalao encebollado o con salsa de eneldo y mostaza, además de carnes como el lomo alto uruguayo, todo ello elaborado con una esmerada selección de ingredientes.

Cocina con identidad y valores familiares

A diferencia de otros negocios, El Escondite mantiene una filosofía de vida particular: solo abre de lunes a viernes, reservando los fines de semana para la familia. "Si con ese horario tenemos para cubrir los gastos y vivir, a veces no necesitas más. Lo importante no es lo que puedas tener en el banco, sino la calidad de vida. Yo quiero estar con mi pareja y mi hijo, verlo crecer, acompañarlo en sus actividades y no perderme esas etapas de la vida por ganar más dinero", afirma Suárez.

El equipo que la acompaña en la cocina y en la sala también forma parte de esta pequeña familia. En los fogones cuenta con el apoyo de Paco, Ángela y Yohana, mientras que en sala trabajan Davinia, Zenaida y Belén. "Nos esmeramos mucho para que todo salga bien. Es un trabajo muy sacrificado, pero también muy gratificante. Cuando los clientes repiten y te felicitan, sientes que todo el esfuerzo merece la pena", confiesa.

Un referente gastronómico en Valsequillo y Gran Canaria

Con el paso de los años, El Escondite ha logrado consolidarse como un restaurante de referencia en las medianías de Gran Canaria, gracias a una oferta que combina sabor, creatividad y pasión por la cocina. "Nos ha costado mucho llegar hasta aquí, pero nos va bien. Sabemos que en este sector hay que esforzarse cada día para que nada falle", señala la chef.

Sobre las redes sociales, Suárez tiene una visión clara: "Son un arma de doble filo. Confío más en nuestro trabajo y en la calidad del servicio. Nos tomamos muy en serio lo que hacemos y no toleramos las faltas de respeto, porque cada uno se está ganando su pan con esfuerzo".

A pesar de los retos que implica la restauración, Lucía no cambiaría su vida en Valsequillo por nada. "Despertarte aquí, con la tranquilidad del pueblo, el trato cercano de la gente, ir a la plaza con tu hijo para que juegue con sus amigos… Eso no lo cambio por nada".

Con esta mentalidad y un firme compromiso con su cocina y su clientela, El Escondite sigue escribiendo su historia, con la certeza de que lo mejor aún está por venir. "Vamos a seguir trabajando con las mismas ganas que cuando empezamos, para que la gente se vaya complacida con nuestra comida y nuestro servicio", concluye Suárez.

Apuntes sobre El Escondite

Ubicación: Avenida Juan Carlos I, nº 9, Valsequillo.

Capacidad: Entre 45 y 47 comensales en el interior, además de terraza exterior.

Horarios:

Lunes y martes: 13:00 - 16:00 h.

Miércoles, jueves y viernes: 13:00 - 16:00 h y 20:00 - 23:00 h.

Cierra sábados y domingos para priorizar la vida familiar.