Colaboración
La descomposición de ASBA no es casual
Reflexión de Antonio Sosa, vecino de Valsequillo

Todas las fugas del gobierno de Paco Atta tienen un denominador común y el proceso se acelera. Si alguien cree que las fugas continuas de concejales y concejalas del gobierno de ASBA en Valsequillo son producto de la casualidad, andan muy desencaminados. Si en las dos legislaturas anteriores Paco Atta fulminó a tres concejales, en lo que va de curso, el dirigente valsequillero, convertido ahora en señor único de ASBA, ya lleva otras dos víctimas en apenas año y medio de gobierno. El ritmo de descomposición parece que se acelera y el gobierno ASBA-CC se debilita cada vez más.
No recordamos a ningún alcalde, que tenga un historial tan impresionante en el capítulo de dimisiones "voluntarias" estando en tareas de gobierno.El sr.Atta se ha convertido en un experto en mandar a la gente a su casa sin que opongan la menor resistencia y dando la impresión de que en su gobierno no pasa nada.
Aunque se le quiera dar apariencia de normalidad, tantas dimisiones pueden simular lo que quieran (todas dan la apariencia de ser por motivos personales), pero estas fugas protagonizadas casi siempre por la gente con más criterio y más sobresaliente de sus gobiernos, no tienen nada de normal. El alcalde no quiere a su lado a gente competente o que le haga sombra; se las quita de encima por la vía urgente.
Con la salvedad de Lucía Melián, que ha optado por plantar cara a la tiranía politica soterrada de Paco Atta, todos los demás ediles se han marchado a su casa sin dar ninguna explicación convincente. Sus renuncias se han visto siempre como "una liberación". Se han ido en silencio, sin armar revuelo, entregando sus actas voluntariamente por "el bien del partido". Esto, de normal no tiene nada, sobre todo cuando se conoce la vocación de servicio de los concejales y concejalas que decidieron abandonar al alcalde y su gobierno.
En el caso de Natalia Ramírez, con criterios frontalmente incompatibles con la representante de su socio de gobierno, Doña. Fabiola Calderín (CC), se le ha querido dar más relevancia en los medios de comunicación y redes sociales, en un esfuerzo inútil de disimular la debilidad de su gobierno y en un intento fallido de vestir con otro traje su crítica situación.
Visto desde fuera, dichos acontecimientos parecen no tener el menor interés, pero los que vivimos de cerca la política local y conocemos bien la deriva tomada por el alcalde, sabemos perfectamente los motivos de todas y cada una de las dimisiones. Y, aunque todas parecen distintas, todas tienen un denominador común: el insoportable carácter irascible del alcalde y su irrespetuosa manera de imponer el "ordeno y mando".
A nadie en el municipio se le esconden algunos capítulos muy desafortunados y de cierto calado que han marcado, sobre todo en los últimos años, la gestión de D. Francisco Atta.
Su evolución, marcada por la imposición y el culto a su persona, se ha ido alejando de los valores de su partido. En los últimos dos años ha tratado de imponer su jerarquía con mano de hierro, ejerciendo un control absoluto y obsesivo de toda la organización en un intento último de recuperar el liderazgo perdido. Su deriva está llevando al partido, ASBA (Asociación de Barrios), que era un partido asambleario, hacia una crisis de identidad casi irreversible.
El control de la Ejecutiva, con todos sus miembros impuestos por él, y el manejo del débil aparato del partido, ha desembocado en una encrucijada que está llevando a la organización a la división interna y a la fuga, no sólo de miembros del grupo de gobierno, sino tambien de buena parte de la militancia.
La culminación de todo este proceso ha sido tomar la decisión de desconectar de Nueva Canarias de manera unilateral y decantarse por el grupo de Teodoro Sosa. Él y unos pocos miembros de una ejecutiva puesta por él, lo deciden todo.
Ya veremos como supera ASBA la nueva división que se ha creado con esta decisión, caracterizada por la ausencia de debate y siendo exclusivamente una decisión suya.
Las dimisiones de Lucía Melián y Natalia Ramírez, aunque con matices distintos, son el reflejo del proceso interno de descomposición que está sufriendo ASBA como consecuencia de la forma de ejercer su liderazgo Francisco Atta.
La aparente ausencia de discrepancias en las formas de gestionar o de evidentes síntomas de ruptura traumática, forma parte de la estrategia del alcalde y del pacto de silencio impuesto por él mismo.
La estrategia del miedo y la amenaza ha llegado a un punto de no retorno : "Si te vas, te irás en silencio". Es una manera de asegurarse de que la militancia no se entere nunca de los verdaderos motivos de las dimisiones.
La despedida de Natalia Ramírez ha sido otro paripé más, bañado en lágrimas de cocodrilo y una cortina de humo para evitar que se vea el trasfondo de una descomposición que, aunque era lenta, como consecuencia del proceso de desconexión de Nueva Canarias, se está acelerando peligrosamente para los intereses de ASBA y del propio alcalde.
Antonio Miguel Sosa Santana es vecino de Valsequillo.
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