Aclarando… que no cuela: entre sátiras, victimismo y memoria selectiva

Después de años lanzando sátiras que más bien parecían piedras, después de repartir leña sin distinción entre vecinos, colectivos, políticos, medios de comunicación y hasta feligreses, el Bufón de San Roque —ese que firma con seudónimo pero que todos en Valsequillo conocen como si fuera el cura del pueblo— vuelve al escenario con una nueva función. Esta vez, no para escupir improperios, sino para hacerse la víctima. “Nos quieren amordazar”, clama entre líneas. ¿En serio?

Aclara tú, Aclarando, que nadie se ha olvidado de tus años sembrando desprecio gratuito por cada rincón del municipio. La diferencia ahora es que la gente te ha calado. Y no gusta tanto cuando el sarcasmo es de ida y no de vuelta. Resulta que ahora, lo de “criticar con humor negro” se convierte en “tarea de alto riesgo”. Qué curioso: cuando el cuchillo cortaba en dirección contraria, era libertad de expresión; cuando la gente responde, se vuelve censura.

El bufón quiere darnos lecciones de ética. Dice que no cobra, que no hace publicidad, que no responde a nadie. ¡Qué filantropía tan selectiva! A cambio, regala “humor” (si uno lo considera así), un “estilo distinto”, como él mismo lo llama. Pero ese “distinto” se parece bastante a esa taberna rancia donde uno puede insultar y luego brindar como si nada. Solo que ahora, el que empujaba, al menor empujón, se duele del pecho y clama justicia poética.

Claro que sí: “No hablamos de recetas de cocina ni de concursos caninos”. Lo que no dice es que se especializa en cocina política a fuego lento, donde se destilan rumores, insinuaciones y mala leche hasta reducirlo todo a lo que más vende: crítica sin filtro y con nombres propios, salvo el suyo, claro.

Y ahora, en un último acto de malabarismo verbal, pretende vestirse de héroe del “lado más oscuro de la política que la gente no ve”. No, querido cronista de la oscuridad, la gente sí la ve. Y también te ve a ti. Te ha visto esconder la pluma detrás de un escudo falso de independencia, te ha visto atacar con saña cuando no tocaba, y también te ve ahora recogiendo velas, porque el viento ya no sopla a favor.

Así que no. No cuela. Ni amenazas, ni llantos, ni victimismos a destiempo. Tú elegiste el tono. Tú elegiste el juego. Ahora no cambies las reglas porque ya no haces reír a nadie.

Luis Verde, vecino declarado Antibufón.