Luis Verde, el verdugo digital que Sosete no ve venir

Sosete, el autoproclamado Bufón de San Roque, anda últimamente más perdido que un paraguas en agosto. Y ahora, obedeciendo al susurro de la veleta florentina —esa que cambia de dirección según sople el interés del día—, ha decidido asociar a Luis Verde, su verdugo digital, con el director de esta publicación. Otro error, otro patinazo, otro desvarío que confirma que este bufón no da pie con bola.

La gracia está en que Sosete se lo cree. Se lo cree tanto, que lo escribe como si fuera la revelación de un oráculo cuando, en realidad, es solo la repetición de sus paranoias, amplificadas por la pluma torcida de su amiga la veleta. El pobre piensa que ha desenmascarado a alguien, cuando lo único que ha conseguido es desenmascarar su ignorancia.

Pero no seremos nosotros quienes le saquemos del error. Que viva feliz en su charco de fantasías. Solo le daremos una pequeña pista, para que siga rumiando en sus noches de insomnio: estoy en su entorno más inmediato. Ahí lo dejo.

Lo cierto es que ya no sorprende: Sosete lleva tanto tiempo disparando al aire, que su puntería está en entredicho. Y cada error, lejos de debilitarle, lo retrata mejor: un bufón equivocado, acompañado de una veleta que gira y gira sin rumbo.

Luis Verde, vecino declarado Antibufón.