Sosete News: rectificación en vena y plagio por herencia

Decían que venían a “renovar el periodismo local”, pero a Sosete News le ha bastado una semana para lograr su primera exclusiva: rectificar a la carrera para no acabar en los juzgados.

La escena es digna de sainete: un panfleto digital que presume de independencia y transparencia, obligado a morderse la lengua y borrar lo que había fusilado. Porque no eran reportajes propios, ni investigaciones inéditas. Eran textos de otros, arrancados como quien copia deberes en el recreo.

La rectificación, lejos de ser un gesto de humildad, es la primera prueba de que el invento no nació para informar, sino para obedecer. No fue un error, fue un método. Y como método, funcionaba mientras nadie lo denunciara.

Lo más pintoresco es que el “nuevo medio” que tanto se anunciaba resulta estar domiciliado en la sede de un partido político. De entrada, un medio que necesita la alfombra roja de un despacho partidista para sobrevivir ya tiene poco de prensa y mucho de cartel electoral disfrazado de periódico.

Ahora, tras el traspié, Sosete y compañía se visten de inocentes, como si no supieran que apropiarse de textos ajenos es, además de indecente, perseguible. Pero la máscara se les cayó demasiado pronto. En vez de titulares, lo que ofrecen es un repertorio de correcciones forzadas y silencios incómodos.

Lo triste no es la rectificación, sino que haya hecho falta llegar a ella. Porque un proyecto que empieza pidiendo perdón y borrando pruebas demuestra que no era periodismo, sino un juguete torpe al servicio del bufón.

Y no es casualidad. Sosete News no inventa nada: sigue la estela de su hada madrina, la veleta florentina, que lleva años practicando el mismo deporte sucio de copiar textos y usar fotos de otros medios sin autorización, como si el periodismo fuera un mercadillo de baratijas. Lo único que cambia es el envoltorio: propaganda disfrazada de “medio digital”.

La conclusión es sencilla: cuando el modelo es la veleta, el resultado no puede ser otro que el plagio.

Luis Verde, vecino declarado Antibufón.