Desde La Barrera
De bufón a palmero: la pirueta de Sosete con Víctor Navarro
Este repentino ataque de 'navarritis aguda' sería enternecedor si no diera tanta vergüenza ajena

Si algo tiene la política local es que, cada cierto tiempo, deja al descubierto a sus personajes más ridículos. Y en Valsequillo, entre ese elenco de secundarios que se creen protagonistas, Sosete se ha ganado a pulso la medalla de oro a la incoherencia. El mismo que hace apenas unas semanas desollaba a Víctor Navarro por las esquinas, lo llamaba tibio, indeciso, traidor y flojo, hoy se arrodilla a sus pies con incienso y loas como si hubiera descubierto al nuevo Cicerón de la política municipal.
Este repentino ataque de “navarritis aguda” sería enternecedor si no diera tanta vergüenza ajena. Porque aquí no hablamos de una rectificación noble ni de un reconocimiento honesto. No. Hablamos de un ejercicio grotesco de oportunismo, de ese que huele a panfletazo barato y a servilismo de saldo.
Hasta hace dos días, Sosete escribía párrafos enteros reprochando al concejal socialista su falta de decisión, su “ambigüedad política” y su incapacidad para “dar el paso”. Y ahora, cuando Navarro se atreve a romper la baraja y plantar cara a Atta, el bufón cambia de disfraz, se coloca la capa de adulador y proclama solemnemente que siempre confió en él, que su silencio era prudencia, que su fe jamás flaqueó.
Porque quien se pasa meses lanzando dardos envenenados no puede pretender que ahora el público olvide el espectáculo. Sosete, que ayer no veía en Navarro más que un obstáculo, hoy lo eleva a la categoría de estadista. Y lo hace, por supuesto, no por convicción, sino porque huele a cambio de poder, y al bufón le gusta estar siempre del lado del que reparte las sillas.
Su repentina conversión tiene algo de tragicómico: el mismo que llamaba “incoherente” a Navarro ahora predica sobre la “dignidad” y la “palabra cumplida”. El mismo que hablaba de “traición al electorado” ahora aplaude que el edil se salte las órdenes del aparato insular. Y el mismo que se burlaba de su falta de liderazgo ahora lo describe como un héroe que ha antepuesto el bien común a los intereses de partido.
Lo único que ha cambiado aquí no es Navarro, sino el viento. Y Sosete, fiel a su estilo, gira con él. Porque no hay que ser muy listo para ver que el bufón no escribe por principios, sino por conveniencia. Si mañana el PSOE recula, él también reculará. Si Navarro cae, volverá a machacarlo. Y si sale reforzado, lo ungirá de nuevo con incienso barato.
En política, la coherencia es un bien escaso. Pero en el caso de Sosete, directamente es un recurso inexistente. Su última pirueta, intentando vendernos que siempre estuvo del lado de Víctor Navarro, es tan ridícula que solo confirma lo que ya sabíamos: que el autoproclamado “analista” no es más que un funambulista del discurso, un bufón que baila al son del poder y que se disfraza de intelectual cada vez que ve una oportunidad de arrimarse al ganador.
Mientras tanto, el concejal al que ayer despreciaba sigue en pie, tomando decisiones difíciles. Y Sosete… bueno, Sosete sigue en lo suyo: escribiendo lo que cree que le abrirá puertas, aunque para ello tenga que tragarse cada palabra que escribió.
Moraleja: la dignidad no se mide por las palabras que se publican después de los hechos, sino por la coherencia que se mantiene antes de que ocurran. Y en eso, el bufón Sosete ya suspendió hace mucho tiempo.
Luis Verde, vecino declarado antibufón.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.164