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Viernes, 14 de Noviembre de 2025 Tiempo de lectura: Actualizada Viernes, 14 de Noviembre de 2025 a las 18:32:00 horas
OPINIÓN

Un alcalde en caída con tremendo shock mental

Reflexión de Juan Antonio Ojeda Muñoz

JUAN ANTONIO OJEDA MUÑOZ 1

La falta de elegancia política de Valsequillo ya se venía cociendo a fuego rápido en la figura del alcalde Francisco Atta Pérez, dado su escaso talante para el diálogo, su infinita soberbia y su sobrada prepotencia. No se le ha conocido en toda su trayectoria de gobierno entonar un mea culpa, reconocer de forma clara y tajante que ha cometido muchos errores insalvables cuando perjudican de forma clara el interés general.

 

Ya en este punto extremo de su obsolescencia política, en vez de hacer gestos para salir del gobierno local con la cabeza alta, ha hecho declaraciones que ejemplifican y clarifican cual es su perfil como persona, alejado de la ciudadanía y enrocado en una actitud de bajeza ética y moral sin parangón, escenificado en un personaje público que con sus actos se ha situado cada vez más alejado del pueblo y sus necesidades.

 

El primer edil lanza un globo sonda cargado de veneno, acusando a diestro y siniestro y disparando por sota y malilla contra todo el que se le ponga delante porque le han aplicado el garrote vil vía moción de censura y eso es un feo para este señor entronado a perpetuidad, según su creencia, y con la convicción de que nadie podía moverle la silla por muy mal que lo hiciera. Más teniendo en cuenta que tiene tendidas muchas redes personificadas en los restos que le quedan de Asba, en las cavernas transitadas por Gregorio Peñate y en los rescoldos de Fabiola Calderín.

 

En sus declaraciones fuera de contexto y encendidas por llamas diabólicas lanza sin paracaídas ni parapetos, argumentos fuera de cualquier gesto de cordura poniendo en práctica el tópico “lecciones doy que para mi no aprendo”, entrelazando afirmaciones que se caen por su propio peso, donde en metralleteo constante dispara el “traidor y tránsfuga” sin entrar en reparos y voltearse hacia su propio espejo. Al personaje por sus actos se le conocerá, dado que no hay mayor traidor que aquel que sin beberlo ni comerlo se sale de las siglas con las que ha optado al gobierno que ostenta. Así sin más, encomendándose al cielo, escudándose en la falta de protagonismo, cual ególatra que necesita espacio para endiosarse.

 

De más está decir, que puestos aquí se le puede calificar de transfuguista de manual sin reflejos cuando acusa siendo acusado, porque ÉL, todopoderoso, sí que se ha ido con su acta a otra fuerza política creada a imagen y semejanza, encumbrándose con otros compinches que le van a la zaga, vendiéndose como puristas en la creencia de no haber cometido pecado alguno, cuando en realidad se han convertido en hijos del abismo, cayendo en picado por ese agujero negro de atreverse a atacar o a insultar a quien o quiénes por coherencia con sus principios pisoteados por egocentrismos intransigentes, han tenido el valor de dar un paso a un lado y plantarse en plaza sin vincularse a ningunas otras siglas, sino con el afán de que la coherencia, la cordura y la honestidad brillen por encima de tanta podredumbre.

 

Y ya no sé si reír o vomitar cuando el ínclito eyacula precozmente, cual bestia parda, el “Valsequillo no se merece esto”, pura verborrea victimista que intenta vender hasta el último segundo de la partida que ÉL y sus sicarios son lo mejor que ha ocurrido en este avispero que han montado por obra y gracia de sus humildes desgastados de tanta lijada motivada por los desastres de gestión y económicos en los que deja sumido al Ayuntamiento de Valsequillo y cuya nefasta herencia va a recibir el nuevo grupo de gobierno que salga del plenario del martes 18. Que a ver hasta qué punto pueden enderezar este desaguisado y hacer equilibrios para generar en una ciudadanía desencantada una nueva ola de ilusión en este campo minado con las piedras que van a dejar en el camino hasta en el último suspiro.

 

Como colofón una expresión que delata el perfil de quien pierde el norte y enturbia su imagen por las formas, “Cuando el sentido común no es el más común de sus sentidos” y la arrogancia y soberbia le pierden.

 

Juan Antonio Ojeda Muñoz es vecino de Valsequillo.

 

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  • Carlos

    Carlos | Viernes, 14 de Noviembre de 2025 a las 21:54:01 horas

    ¡Vete por ahí¡ Antipático de manual

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