Desde La Barrera
El sosete de guardia y su baba institucional

Hay textos que retratan a quien los escribe mejor que cualquier currículo. Y el panegírico cursi y empalagoso que el bufón adulador —ese eterno sosete, arrimado profesional y tránsfuga ideológico de conveniencia— ha publicado estos días es, sin duda, uno de ellos.
Una pieza tan servil, tan calculadamente meliflua, que solo sirve para recordarle a Valsequillo quién lleva años intoxicando el debate público con su sonrisa de teflón y su discurso de “gente de bien”, esa etiqueta rancia con la que siempre pretenden dividir a un pueblo para luego decir que lo quieren unir.
Porque el texto del personaje es un insulto a la inteligencia colectiva. La enésima pose del adulador oficial del poder de turno, siempre dispuesto a escribir lo que haga falta con tal de seguir cerca del foco, cerca de la alfombra y lejos de cualquier coherencia política o ética.
Un sermón impostado para blanquear su oportunismo
El bufón intenta vender “madurez democrática”, “armonía ciudadana” y “respeto entre vecinos”. Nada nuevo: lo mismo que repite cada vez que cambia el viento y él corre, obediente, a colocarse detrás del nuevo amo político de turno.
Habla de “un pueblo grande”, pero lo único grande en este caso es su capacidad para disfrazar su oportunismo como si fuera virtud.
Habla de “paz social”, pero es uno de los mayores propagadores de crispación encubierta. Habla de “respeto”, pero su discurso rezuma paternalismo y desprecio velado hacia todo el que no piense como él.
Un mensaje diseñado para adular, no para unir
Este panfleto es exactamente lo que siempre ha sido este personaje: una prolongación del poder, pero nunca del pueblo. Un papel secante esperando instrucciones. Una pluma alquilada para halagar al ganador del momento, sea cual sea.
Por eso el nuevo gobierno haría bien en tomar distancia. Mucho cuidado con quienes se ofrecen tan rápido y tan dócilmente: suelen ser, tarde o temprano, los mismos que prenden fuego cuando no se sienten atendidos.
Valsequillo merece voces críticas, no figurantes
Que no se equivoque el nuevo gobierno: quien se deshace en elogios empalagosos apenas 48 horas después del cambio no está construyendo convivencia; está construyendo dependencia. Y además lo hace desde la impostura, la hipocresía y la adulación interesada.
La política necesita debate, discrepancia, matices y claridad. Lo que no necesita —y menos ahora— es más sobreactuación aduladora, ni más vendedores de humo que van cambiando de chaqueta con la misma facilidad con la que cambian de adjetivos.
Valsequillo es, efectivamente, un pueblo maduro. Precisamente por eso, lo que menos merece es a este crispador maquillado de corderito, este vocero blando que confunde lealtad con servilismo.
La nueva etapa exige valentía, no bufones.
Luis Verde, vecino declarado antibufón.




Marta | Jueves, 20 de Noviembre de 2025 a las 22:13:46 horas
El bufón se retrata solo. Una vez más lo de este exvecino, de San Roque y creo que de mucha parte de Valsequillo es de auténtica vergüenza. ¿Cómo se puede ser tan inútil, utilizable, y falto de criterio? ¿ Cómo no se da cuenta que ni el propio grupo de gobierno cuenta con él? ¿Que su presencia es un estorbo? Ya se escucha entre los corrillos del pueblo que es momento de no identificarse con el, que en estos momentos resta más que suma. BUFON, HAS HECHO EL INDIO, TE HAS CONVERTIDO EN EL HAZMEREIR DEL PUEBLO y muchas lo sabemos.
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